El último informe de investigación de mercado de Matrixport sugiere que Bitcoin (BTC) está pasando gradualmente de un repunte primaveral a una fase de “consolidación veraniega”. Si bien el impulso a corto plazo sigue respaldado por las políticas y los flujos de capital, varios vientos en contra (como la incertidumbre macroeconómica, el enfriamiento de los flujos hacia los ETF y la caída de la actividad en cadena) comienzan a afectar el desempeño del mercado. Se recomienda a los inversionistas vigilar de cerca los niveles técnicos clave y ajustar sus estrategias en consecuencia.
Según Matrixport, Bitcoin cayó más de un 6% desde su máximo semanal durante la primera semana de junio, alcanzando un mínimo de $103,068: su mayor descenso semanal (aprox. 6.9%) desde marzo. Las principales altcoins, como Ether y Solana, también registraron caídas superiores al 4% y al 11%, respectivamente, reflejando una corrección general del mercado.
Observaciones técnicas clave:
El precio de BTC rompió un nivel de soporte crítico, lo que indica un debilitamiento del impulso alcista.
La rotación de capital es lenta, con cambios rápidos en el enfoque sectorial.
El apetito por el riesgo entre los inversionistas ha disminuido, lo que pone de manifiesto una posición de mercado inestable.
Matrixport destaca que el índice PMI no manufacturero del ISM de EE. UU. cayó recientemente a su nivel más bajo desde julio de 2024, señalando una leve contracción en el sector de servicios y debilitando las expectativas de crecimiento.
Otros factores macroeconómicos también ejercen presión sobre los activos de riesgo:
El índice del dólar estadounidense se mantiene relativamente fuerte a pesar de una leve debilidad a corto plazo, lo que indica una aversión al riesgo global persistente.
Los precios del petróleo siguen bajando, lo que apunta a una menor demanda global.
Las expectativas del mercado sobre los recortes de tasas por parte de la Fed siguen siendo volátiles, lo que contribuye a la incertidumbre de las políticas.
Estos factores, en conjunto, apuntan a un escenario de estanflación moderada que limita el potencial del mercado cripto para un repunte sostenido.
Tanto los datos de los ETF como los datos en cadena indican un debilitamiento del impulso del mercado:
Los ETF spot de Bitcoin registraron salidas netas superiores a 144 millones de dólares la semana pasada, con dos días consecutivos de flujos negativos.
En contraste, los ETF relacionados con Ethereum acumularon entradas por 285 millones de dólares, probablemente impulsadas por expectativas de aprobación, lo que refleja una divergencia en las estrategias institucionales.
El crecimiento de la oferta de stablecoins se está ralentizando y el número de direcciones activas está disminuyendo, lo que sugiere una falta de entrada de capital fresco.
Matrixport señala que, si bien la aprobación de los ETF de Ethereum representa un avance positivo a largo plazo, los flujos a corto plazo están impulsados principalmente por el arbitraje, más que por una demanda sostenida.
Los datos recientes en cadena destacan niveles psicológicos y estructurales críticos en el comportamiento del precio de Bitcoin. Un informe del 8 de junio de CryptoQuant identificó los $106,200 como una zona de resistencia importante, que coincide con el costo promedio de los inversionistas que entraron en las últimas 4 semanas. Al acercarse BTC a este nivel, los tenedores a corto plazo tienden a tomar ganancias, lo que genera presión vendedora.
“Un holder a corto plazo que está en pérdidas tiende a entrar en pánico”, indicó el analista de CryptoQuant Burak Kesmeci. “Cuando el precio vuelve a su punto de equilibrio, pueden pensar ‘ese riesgo ya es suficiente’ y vender —convirtiendo esa zona en una posible resistencia (como los $106,200)—”.
Por otro lado, el nivel de los $97,500 muestra un soporte sólido, correspondiente al costo base de los inversionistas que entraron en el período comprendido entre los 3 y 6 meses pasados. A diferencia de los holders a corto plazo, estos participantes de más largo plazo muestran mayor convicción, brindando un soporte estructural al mercado.
En un giro inesperado, la firma de investigación Santiment sugirió que el reciente enfrentamiento público entre Donald Trump y Elon Musk en redes sociales podría haber aliviado las tensiones del mercado de forma indirecta. Si bien el conflicto entre dos importantes promotores de las criptomonedas generó inquietud al principio, Santiment argumenta que esta confrontación abierta actuó como una válvula de escape del riesgo político subyacente. Este desahogo anticipado de sentimiento negativo, según la firma, podría allanar el camino para una estabilización a corto plazo.
Desde una perspectiva estructural, Bitcoin se encuentra actualmente en un punto crítico, donde el capital especulativo de corto plazo y el capital de inversión a largo plazo están en competencia directa. Esta divergencia en los patrones de tenencia convierte los $106,200 y los $97,500 en niveles clave a seguir. Los inversionistas deberían observar de cerca la acción del precio en torno a estos dos puntos, ya que probablemente indicarán la próxima dirección del mercado.
Teniendo en cuenta tanto los factores macroeconómicos como estructurales, Matrixport prevé que Bitcoin podría entrar en una “fase de consolidación de medio plazo” similar a la observada entre septiembre de 2021 y principios de 2022, que podría durar entre 1.5 y 2 meses:
“Con los primeros signos de debilitamiento de los datos, podríamos estar entrando en dos meses de turbulencia económica. En este entorno, es poco probable que Bitcoin continúe con un repunte sostenido, especialmente si la Fed no interviene con recortes de tasas mientras las expectativas de inflación sigan elevadas”.
Factores clave que sustentan esta visión:
Enfriamiento de los flujos hacia los ETF y sin rebote significativo de capital en cadena.
Política macroeconómica en fase de transición, sin estímulos fiscales o monetarios contundentes.
Técnicamente, Bitcoin está atrapado en un rango alto, sin impulso de ruptura
Matrixport enfatiza que los inversionistas deben seguir de cerca dos indicadores macro clave: los precios internacionales del petróleo y el índice del dólar estadounidense. El precio del petróleo es un termómetro de la actividad económica global; su caída continuada suele indicar debilitamiento de la demanda. El índice del dólar, por su parte, refleja las expectativas sobre las políticas de la Fed.
La evolución reciente del mercado, especialmente el movimiento lateral en los rendimientos de los bonos, sugiere que los inversionistas están reevaluando la trayectoria de la política de la Fed. Es probable que las tasas se mantengan elevadas por más tiempo de lo previsto inicialmente, debido en parte al temor de los responsables políticos de que nuevas políticas arancelarias disparen de nuevo la inflación. Esta postura más cautelosa se está convirtiendo en una nueva restricción para los mercados.
También es importante considerar los efectos retardados de los aranceles: podrían provocar un deterioro inesperado de los datos económicos en el futuro. Esta creciente incertidumbre en las políticas ya ha llevado a los inversionistas a adoptar posiciones más conservadoras. Los indicadores macro recientes muestran un debilitamiento del impulso del crecimiento económico global, lo que incrementa el riesgo de una mayor volatilidad en los próximos dos meses.
En este contexto macroeconómico, la correlación de Bitcoin con los activos financieros tradicionales está aumentando. Especialmente si la Fed mantiene una postura restrictiva y las presiones inflacionarias no se resuelven, es poco probable que el mercado cripto se desacople y mantenga un repunte autónomo. Los inversionistas deben tener presente que los riesgos sistémicos están en aumento, y ningún tipo de activo es inmune a las fuerzas macroeconómicas.
Aunque junio ha estado marcado por correcciones técnicas e incertidumbre política, las perspectivas a largo plazo siguen dejando espacio para el optimismo. Reformas estructurales como la institucionalización de los ETF, próximos cambios macroeconómicos y el surgimiento de nuevas narrativas podrían impulsar la próxima etapa del ciclo alcista.
Los inversionistas deben buscar oportunidades estructurales dentro de la volatilidad a corto plazo, mantenerse racionales y flexibles, y combinar señales on-chain con las tendencias de los mercados financieros globales para construir una estrategia de inversión resiliente a medio y largo plazo.
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