Una investigación del New York Times reveló que Nicolás Maduro ofreció a Estados Unidos (EUA) renunciar al poder en Venezuela tras un periodo de transición de dos a tres años.
Según fuentes anónimas consultadas, esta propuesta se planteó en negociaciones extraoficiales entre representantes del gobierno venezolano y la Casa Blanca bajo la administración de Donald Trump .
Sin embargo, la oferta fue rechazada por Estados Unidos. La razón principal sería que para el gobierno era “inaceptable” que la renuncia de Maduro se postergara tanto tiempo.
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Durante esas conversaciones, el presidente venezolano presuntamente no solo ofreció su dimisión escalonada, sino también un acceso privilegiado al petróleo para empresas energéticas estadounidenses.
Para Estados Unidos, este ofrecimiento podría "haber sido una bazuca diplomática y económica", pero la Casa Blanca lo consideró insuficiente frente al costo político de dejar al mandatario más tiempo en el poder.
El rechazo no sorprendió si se considera el contexto: Estados Unidos decidió aumentar su presión militar y clandestina sobre Venezuela . Según el NYT, Trump dio luz verde a planes de la CIA para llevar a cabo operaciones encubiertas que podrían preparar el terreno para acciones más agresivas.
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Por otro lado, el despliegue militar estadounidense en el Caribe —con el portaaviones Gerald R. Ford y miles de marines— se enmarca en lo que algunos llaman la “Operación Lanza del Sur”.
En reuniones recientes con sus asesores militares y de inteligencia, Trump habría analizado múltiples escenarios: desde sabotajes o ataques cibernéticos hasta otras formas de presión sin necesidad de lanzarse a un conflicto abierto.
Por su parte, Nicolás Maduro negó públicamente la existencia de cualquier propuesta para dejar el poder y calificó las revelaciones del New York Times como “maniobras mediáticas” diseñadas para desestabilizar a su gobierno.
Según el mandatario, la información forma parte de una “guerra psicológica” impulsada por Estados Unidos para generar división interna y justificar su creciente presencia militar en el Caribe .
Afirmó que nunca ha negociado una salida del cargo y que su administración continúa trabajando “en plena soberanía”, rechazando cualquier intervención extranjera y acusando a Washington de fabricar narrativas para intervenir en los asuntos de Venezuela.
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