El gobierno de Taiwán anunció la eliminación de las restricciones que, desde 2011, pesaban sobre las importaciones de alimentos procedentes de la región japonesa de Fukushima. A partir de ahora, los controles dejarán de requerir doble certificación y exámenes punto por punto, como confirmaron este viernes las autoridades isleñas.
Según el Ministerio de Salud taiwanés, se adoptará en adelante un esquema de supervisión basado en una clasificación de riesgos, con inspecciones tanto en origen como en el ingreso a la isla, siguiendo criterios similares a los de otras economías desarrolladas.
El comunicado oficial destacó que los análisis científicos realizados no muestran riesgos significativos de exposición adicional a radiación por el consumo de productos originarios de Japón.
China y Rusia mantienen actualmente restricciones específicas para productos alimentarios japoneses. En respuesta al desastre nuclear de Fukushima en marzo de 2011, Taiwán prohibió durante una década el ingreso de alimentos de cinco prefecturas japonesas. La normativa comenzó a flexibilizarse en 2022, autorizando la entrada de artículos con certificación doble y sometidos a pruebas fronterizas rigurosas.
La decisión se conoció luego de que el gobernador de la provincia japonesa de Niigata, Hideyo Hanazumi, diera luz verde este viernes a la reactivación de la central nuclear más grande del mundo, la planta de Kashiwazaki-Kariwa, paralizada como los demás reactores de este país asiático después de que un terremoto y un tsunami posterior provocaran un desastre en la central de Fukushima Daiichi en 2011.
La decisión de eliminar completamente las restricciones coincide con una etapa de fricciones diplomáticas cada vez más evidentes entre Beijing y Tokio, especialmente luego de que la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, insinuara la posibilidad de una mayor implicación militar nipona en una posible guerra en el Estrecho de Taiwán entre la Taipéi y Beijing.
China reaccionó con dureza, alegando que Japón incumplió con los estándares técnicos requeridos para exportar pescado y mariscos a su mercado y advirtiendo, como respuesta a la tensión, que los consumidores chinos no accederán a productos nipones.
A modo de respaldo público, el presidente taiwanés Lai Ching-te difundió en redes una foto en la que aparece degustando sushi preparado con ingredientes provenientes de distintas zonas de Japón. A su vez, el canciller Lin Chia-lung animó a los ciudadanos taiwaneses a visitar Japón y consumir alimentos japoneses como forma de apoyo explícito.
Si bien Tokio mantiene lazos diplomáticos solo con la República Popular China desde 1972, las relaciones económicas y sociales entre la isla y el archipiélago cobraron impulso en los últimos años, potenciadas por intereses compartidos y la evolución del panorama geopolítico del noreste asiático.
El Ministerio de Exteriores de China amenazó este sábado a Japón por su postura “militarista y anquilosada”. la cual representa una “amenaza” para el orden internacional y contradice los compromisos asumidos durante la posguerra para un desarrollo pacífico.
La portavoz de la Cancillería china, Mao Ning, afirmó —según declaraciones recogidas por Xinhua— que si Japón opta por “retomar el viejo camino del militarismo, abandonar su compromiso con el desarrollo pacífico y socavar el orden internacional de la posguerra, tanto el pueblo chino como la comunidad internacional no lo permitirán, y terminará en un fracaso”.
Mao aseguró que Japón, “como país vencido” tras la Segunda Guerra Mundial, asumió obligaciones internacionales definidas —citando las declaraciones de El Cairo y Potsdam y el Instrumento de Rendición de Japón— como el desarme y la prohibición de industrias orientadas al rearme. Advirtió que cualquier alejamiento de estos compromisos fundamentales sería motivo de preocupación regional y global.
(Con información de AFP y EFE)


