“Estamos aquí esta noche, pasando unas Navidades maravillosas”. Paul McCartney
El 24 de diciembre celebramos la Nochebuena, tradición cristiana arraigada para conmemorar el nacimiento de Jesús.
En México esta fecha trascendente se ha enriquecido con una rica mezcla de costumbres y creencias, dando lugar a una festividad de profundo significado cultural y familiar. Más allá de sus raíces religiosas la Nochebuena se ha convertido en un momento de unión, amor y celebración compartido por personas de diversas creencias. En algunos casos incluye la última posada de la temporada.
La cena en familia, el intercambio de regalos y la convivencia son elementos centrales de esta festividad que, a lo largo de los siglos, ha absorbido tradiciones prehispánicas y elementos laicos, creando una celebración única y vibrante.
La cena de Nochebuena es mucho más que una simple fiesta, es una expresión cultural que reúne a las familias mexicanas alrededor de una mesa con platillos emblemáticos como el pavo o la pierna de cerdo al horno; el bacalao a la vizcaína; los romeritos con mole y tortitas de camarón; tamales de diversos rellenos; el pozole, y las ensaladas; postres como buñuelos. Muchas veces se acompaña con sidra, vinos espumosos y ponche. Aunque estas delicias son las más comunes, cada región tiene sus propias variaciones y tradiciones. Aun cuando la clase media ha crecido, lamentablemente la situación económica de muchas familias limita su acceso a estos platillos, lo que pone de manifiesto la necesidad de fomentar la solidaridad y el apoyo mutuo.
Existe una flor que adorna nuestros hogares cada año en esta época y es el símbolo emblemático de la Navidad en México, se trata de la Flor de Nochebuena. Su nombre náhuatl “Cuetlaxóchitl” nos remonta a la época prehispánica. Los aztecas la cultivaron como flor de ornato en sus jardines y durante la colonia, los frailes franciscanos de Taxco, en Guerrero, continuaron esta tradición incorporándola a las festividades religiosas del nacimiento de Jesús y la Pascua. Así, la flor de Nochebuena se convirtió en un elemento fundamental de nuestras tradiciones decembrinas, fusionando nuestras raíces prehispánicas con las costumbres europeas.
La música es un elemento fundamental en la fiesta de la Nochebuena, quizás la pieza más arraigada es el célebre villancico de origen austriaco Noche de Paz escrito y compuesto en 1816, traducido a más de trescientos idiomas en todo el mundo. Es el más popular de todos los tiempos.
Tristemente en esta Nochebuena muchos hogares en el mundo y en México se enfrentarán a la tristeza y al miedo. La pérdida de seres queridos, empleo, patrimonio y la sensación de inseguridad dejarán un profundo vacío en sus corazones.
Más allá del dolor, el miedo se extiende como una sombra sobre cada vez más personas. El miedo, antítesis del amor, es una emoción amarga que surge ante la percepción de peligro. Como respuesta primitiva a la amenaza, su propósito es protegernos, pero también puede paralizarnos.
La pérdida de un ser amado, ya sea una hija, un hijo, una hermana, un hermano, una madre, un padre, una amiga o un amigo, es una de las experiencias más dolorosas que podemos afrontar en la vida, especialmente cuando ocurre a través de una desaparición forzada o una muerte inesperada, producto de la creciente violencia, de la falta de medicamentos o atención médica, como ocurre en nuestro país.
A todos los que sufren les deseamos que esta Nochebuena encuentren consuelo y se fortalezca la esperanza por una mejor situación.
La violencia es un virus que corroe el tejido social. La única vacuna es la paz, fruto de la concordia y del diálogo.
La concordia es la vía para alcanzar una convivencia social pacífica y armónica. La práctica de la concordia facilita el alcance de consensos.
Detengamos la destrucción del tejido social, es una tarea de todos. No permitamos el desmantelamiento de la cultura de la paz.
¡A todos deseamos una Feliz Navidad!
* El autor es abogado, negociador y mediador
X: @Phmergoldd
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