La política de recuperación salarial sigue activa y para el siguiente año, el salario mínimo general tendrá un incremento de 13%, hilando nueve años con ajustes a doble dígito. La tendencia al alza continuará, al menos hasta que finalice el actual sexenio, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) reiteró en su programa institucional la meta de equiparar la remuneración básica de 2.5 canastas básicas para el 2030.
En 2026, el salario mínimo general alcanzará un nivel de 9,582.47 pesos mensuales. En la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) la referencia tendrá un valor mensual de 13,409.80 pesos en 2026. De acuerdo con la Conasami, esta política beneficiará a 8.5 millones de personas el siguiente año.
En el sexenio pasado, más de 13 millones de personas salieron de la pobreza laboral. De ese universo, la Conasami estima que los incrementos al salario mínimo explican la mitad de esa reducción.
Rogelio Gómez Hermosillo, presidente ejecutivo de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, descartó que los aumentos al salario mínimo generen efectos negativos en la creación de puestos de trabajo.
“No hay impacto macroeconómico ni en precio ni en creación de empleo porque lo que se está, insisto mucho, se está cubriendo un rezago, por eso se habla de recuperación gradual”, enfatizó.
Entre los factores clave para la recuperación salarial destaca la desindexación del salario mínimo del cálculo de obligaciones, como multas, y la creación del Monto de Recuperación Independiente (MIR), una cantidad absoluta en pesos que, una vez acordada, se suma al salario mínimo previo, para luego aplicar un aumento porcentual.
“Ha cumplido con su función. El salario mínimo se ha recuperado notablemente y no ha habido un aumento similar en el resto de los salarios”, señaló Rodolfo de la Torre, economista y consultor independiente.
Si bien, hasta ahora los incrementos al salario mínimo no han generado distorsiones, el nivel que está alcanzando ya enciende señales de alerta en el mercado laboral, principalmente por su cercanía con remuneraciones profesionales.
De mantenerse la tendencia de ajustes, AON estima que para el 2028 el salario mínimo general habrá alcanzado los salarios promedio en el mercado laboral, esto se debe a que las remuneraciones profesionales crecerán a un ritmo más bajo que la referencia salarial.
Este escenario representará un reto para las estructuras salariales de las empresas, impactando la capacidad de atracción y retención de talento. “Y alcanza niveles que antes eran un diferenciador natural entre puestos operativos o semicualificados y entre los demás niveles de jerarquías dentro de una empresa (…) y es más complejo reclutar. Los candidatos rechazan las ofertas porque no existe un diferencial real”, opinó Arleth Leal, cofundadora del Colegio de Innovación en Recursos Humanos (CORH).
Pero también hay señales de alerta para la creación de empleo formal. “Si no tienes algo que respalde, que tengas más ventas, más ingresos, más capacidad productiva, mayor margen para invertir, no vas a generar empleo formal”, señaló Sofía Ramírez, directora de México, ¿Cómo vamos? (MCV).
Desde la perspectiva de Rodolfo de la Torre, el salario mínimo “está avanzando sin la certidumbre de que no va a haber efectos adversos” en la inflación, la informalidad y la generación de empleo.
