Elon Musk ha insinuado lo que podría ser una de sus ideas más ambiciosas hasta ahora. Hablando durante la llamada de resultados del tercer trimestre de 2025 de Tesla el 22 de octubre, Musk propuso convertir la flota global de vehículos eléctricos de la compañía en una supercomputadora de IA distribuida masiva.
Explicó que a medida que los coches de Tesla se vuelven más inteligentes con los chips AI4 y AI5, pronto podrían tener "casi demasiada inteligencia para un coche".
La lógica es engañosamente simple. Cada Tesla ya contiene una potente computadora de IA a bordo, hardware capaz de ejecutar complejas tareas de inferencia. Cuando esos coches están estacionados (lo que ocurre aproximadamente el 95% del tiempo), ese poder de computación permanece inactivo. La visión de Musk es conectarlos en una única red de IA unificada, un motor de inferencia a escala planetaria que rivalice, y posiblemente supere, el poder de los centros de datos más grandes de hoy.
Musk esbozó un escenario en el que decenas de millones, o incluso 100 millones de Tesla, podrían contribuir con aproximadamente un kilovatio de potencia de inferencia cada uno. Colectivamente, eso son 100 gigavatios de computación de IA distribuida, extendida por continentes, alimentada por baterías existentes y enfriada naturalmente por el medio ambiente.
Para ponerlo en perspectiva, esa es más capacidad de inferencia de la que la mayoría de los gigantes de la computación en la nube podrían esperar igualar sin gastar decenas de miles de millones de dólares en infraestructura.
Mientras Amazon, Google y Microsoft están invirtiendo miles de millones en enormes granjas de servidores que consumen energía y tensan las redes eléctricas locales, la idea de Musk cambia completamente el modelo. En lugar de concentrar el poder de IA en gigantescos complejos industriales, la flota de Tesla lo distribuiría globalmente.
Cada vehículo se convierte en un nodo en una red de datos autosostenible y autoenfriable. No hay necesidad de nuevas compras de terrenos, ni enormes torres de enfriamiento, ni un único punto de fallo. Es un ecosistema digital construido sobre hardware que ya existe, mantenido por los propietarios y constantemente actualizado a través del sistema de software por aire de Tesla.
Este enfoque podría otorgar a Tesla una flexibilidad sin precedentes. Al aprovechar los coches inactivos durante las horas de menor demanda, la compañía podría ejecutar modelos de IA a gran escala, apoyar a clientes externos, o incluso alimentar recursos computacionales para sus propios proyectos, como el entrenamiento de algoritmos de conducción autónoma o el apoyo a xAI, la empresa de investigación de IA de Musk.
Las implicaciones económicas son tan intrigantes como la tecnología. Si Tesla compensa a los propietarios de coches por alquilar la potencia de cálculo inactiva de su vehículo, el sistema podría convertirse en una nueva forma de ingreso pasivo. Imagine su Tesla estacionado ganando dinero mientras usted duerme, convirtiendo efectivamente su entrada en una pieza del motor de IA más grande del mundo.
Tal configuración también promueve la eficiencia energética. Al utilizar la infraestructura de energía existente de los vehículos y sincronizar operaciones durante las horas de baja demanda de la red, Tesla podría lograr un ecosistema de computación de costo casi cero. Este tipo de innovación representa la convergencia de movilidad, energía e inteligencia artificial, un trío que Musk ha estado persiguiendo durante más de una década.
La publicación Elon Musk Revela Plan para Convertir la Flota de Tesla en una Supercomputadora de IA Global apareció primero en CoinCentral.

