El primer stablecoin respaldado por yenes de Japón, JPYC, se lanzará oficialmente el lunes 27 de octubre.
Esto marca un hito importante en el impulso del país hacia las finanzas basadas en blockchain.
Según un informe de Reuters, el lanzamiento se produce después de que la Agencia de Servicios Financieros de Japón diera su aprobación, y la participación institucional ha aumentado, lo que sugiere un cambio en la economía históricamente dominada por el efectivo del país.
El stablecoin JPYC es totalmente convertible en yenes y está respaldado por ahorros domésticos y bonos del gobierno japonés. La adopción de pagos digitales en Japón aumentó del 13% en 2010 a más del 42% en 2024, y el proyecto busca acelerar este crecimiento. JPYC inicialmente renunciará a las comisiones por transacción, obteniendo ingresos en cambio de los intereses sobre las tenencias de JGB.
Los "Tres Grandes" bancos de Japón, Mitsubishi UFJ, Sumitomo Mitsui y Mizuho, están preparados para lanzar un sistema conjunto de stablecoin en yenes el 31 de octubre para liquidaciones corporativas a través de la plataforma Progmat de MUFG. La integración podría conectar más de 600.000 terminales de pago NetStars a mediados de noviembre, expandiendo el uso en el mundo real.
Con su lanzamiento, JPYC se convierte en el primer stablecoin significativo no basado en USD respaldado por una economía importante. Esto podría cambiar cómo se mueve la liquidez en toda Asia. Similar a cómo los stablecoins estadounidenses han impulsado las tenencias del Tesoro, la entrada de Japón podría diversificar los mercados regionales y fortalecer la demanda de JGB. Actualmente, el mercado global de stablecoin vale más de 286.000 millones de dólares, con el 99% basado en dólares.
El Subgobernador del Banco de Japón, Ryozo Himino, señaló recientemente que los stablecoins "podrían emerger como un actor clave en el sistema de pago global", reemplazando parcialmente los depósitos tradicionales. Los analistas esperan que los tokens vinculados al yen ganen tracción en dos o tres años, con un posible efecto en las finanzas descentralizadas, activos tokenizados y redes de liquidación transfronterizas.


