Cuando Zap Africa se lanzó hace unos años, llegó como una respuesta ordenada y enfocada en móviles a un problema perenne en el mundo cripto africano: cómo dar a los usuarios cotidianos acceso simple a activos digitales sin obligarlos a entregar la custodia a un exchange centralizado.
En julio de 2025, la startup impulsó esa promesa con un importante rebranding y una actualización sustancial de su producto estrella, Zap Exchange, un movimiento que va más allá de cambiar colores y logotipos. Es un intento de reempaquetar una virtud técnica (no-custodia) en algo que se sienta seguro, rápido y familiar para personas que principalmente usan teléfonos y transferencias bancarias para mover dinero.
Para cualquiera que observe el espacio fintech y cripto de Nigeria, la historia de Zap importa porque se sitúa en la encrucijada de tres tendencias: la desconfianza hacia plataformas de custodia tras colapsos de exchanges de alto perfil; el auge de herramientas cripto integradas con fiat y enfocadas en móviles; y el impulso regulatorio para formalizar proveedores de servicios cripto en todas las jurisdicciones.
La compañía, fundada por los amigos de infancia Tobi Asu-Johnson (CEO) y Moore Dagogo-Hart (CTO) en 2022, ha entretejido los tres aspectos en su producto, afirmando tener una base de usuarios de decenas de miles y volúmenes de transacción consistentes. Esas cifras, combinadas con el rebranding de julio, cuentan la historia de una startup que intenta graduarse de MVP a producto mainstream.
Los rebranding pueden ser ejercicios cosméticos; no lo son para Zap. La renovación de julio de 2025 introdujo una nueva identidad visual y una interfaz que la compañía describe como una "sala de control" para usuarios; inicios de sesión más rápidos, direcciones de billetera guardadas, historial de operaciones específico por token y listas de seguimiento personalizadas con alertas de precios en tiempo real.
Estos no son ajustes triviales. Son intentos explícitos de reducir la fricción inherente a la auto-custodia: menos clics, registros más claros, reingreso más rápido a una operación. Para un producto que pide a los usuarios mantener sus claves privadas, la fricción es el enemigo, y un proceso de incorporación y flujos de sesión más limpios son el antídoto.
Una nueva UI se lanzó junto con mejoras de rendimiento y una experiencia móvil ajustada para nigerianos que habitualmente realizan transacciones en movimiento. En resumen, el aspecto y el trabajo bajo el capó llegaron juntos. Esa combinación es precisamente lo que ayuda a que un producto técnico se sienta menos intimidante para usuarios primerizos.
En su núcleo, Zap Exchange es no-custodial: la compañía enruta operaciones y proporciona rieles, pero los usuarios mantienen el control de sus claves privadas. El exchange soporta activos principales — BTC, cadenas EVM, SOL, TRON y TON — y proporciona rieles NGN para que los clientes puedan moverse entre naira y cripto usando transferencias bancarias hoy, con rieles de tarjeta próximamente.
Zap también lanzó una beta de Wallet en marzo de 2025 como parte de un impulso de producto más amplio, y está disponible como aplicaciones nativas en Google Play y App Store. La plataforma integra proveedores de identidad y AML para añadir legitimidad a lo que de otro modo sería una propuesta puramente tecnológica.
Operativamente, los números reportados en la prensa pintan un panorama de tracción temprana constante: las publicaciones citan una base de usuarios de alrededor de 50.000, volúmenes de transacción mensuales superiores a $2 millones, e ingresos en el rango de $50.000. Esas cifras sugieren que Zap ha superado la etapa de 'prueba de concepto' y está en una fase de crecimiento que pone a prueba todo, desde el cumplimiento y las asociaciones bancarias hasta el soporte al cliente y la educación.
El modelo de comisiones de Zap es sencillo y construido para la claridad. Las operaciones conllevan una comisión variable que típicamente se sitúa entre 0,5% y 1,5%, con márgenes y descuentos que escalan con el volumen de trading y la actividad. Esto significa que los usuarios ocasionales pagan un porcentaje modesto en cada swap, mientras que los traders de mayor volumen pueden esperar mejores márgenes.
El equipo enfatiza la transparencia de comisiones; las comisiones se muestran antes de confirmar una operación, y hay notas claras sobre cómo los costos de on-ramp/off-ramp (transferencia bancaria vs. tarjeta, por ejemplo) pueden afectar el precio final. Para una startup que equilibra la UX no-custodial con la necesidad de generar ingresos, esta banda de comisiones es competitiva en el mercado regional y ayuda a explicar los ingresos mensuales constantes de la plataforma.
La defensa de Zap contra el riesgo de exchange centralizado es directa: no custodiar activos. Esa elección de diseño elimina una gran clase de exposición a contrapartes, pero también exige una educación de usuario pulida, rutas de recuperación claras y elecciones de UX constantes que prevengan el phishing y la pérdida de frases de recuperación.
Aunque Zap en sí no custodia fondos de usuarios, la compañía reconoce que la seguridad aún debe operacionalizarse a través de herramientas y educación. Con ese fin, Zap ha realizado múltiples auditorías de seguridad (incluyendo certificación VAPT) y ha señalado revisiones de terceros de su infraestructura.
El producto también incluye protecciones prácticas para usuarios: indicaciones explícitas para respaldo de frases de recuperación, gestión de sesiones para reducir la exposición accidental por dispositivos perdidos y compatibilidad con prácticas estándar de seguridad de billeteras. Aun así, el modelo no-custodial traslada la última línea de defensa a los usuarios, por lo que Zap combina salvaguardas técnicas con educación en la aplicación y soporte al cliente dirigido a prevenir el phishing y otros errores humanos.
En cuanto a cumplimiento, Zap tomó una ruta inusual para una startup nigeriana al asegurar una licencia VASP de la UE en Lituania y recaudar una ronda pre-semilla de $300k en 2024, movimientos que abren puertas para integraciones bancarias y muestran a los inversores que la compañía está seria sobre operar dentro de rieles regulados.
Además, Zap ha adoptado un enfoque pragmático, impulsado por proveedores. La plataforma utiliza proveedores establecidos, Sumsub para verificación de identidad, Smile ID para verificaciones biométricas locales y de vivacidad, y AMLbot para monitoreo de transacciones y detección de actividades sospechosas.
Ese stack proporciona a Zap las herramientas para ejecutar un proceso KYC robusto sin construir todo el sistema internamente, lo cual es una razón importante por la que los bancos y socios de pago han estado dispuestos a participar. Zap posiciona el KYC como un compromiso: fricción en el registro a cambio de rieles fiat más fluidos y asociaciones institucionales más fuertes —un camino sensato para un VASP que quiere escalar en mercados regulados.
Aun así, el panorama regulatorio en África es desigual. Una licencia de la UE y el registro local facilitan los acuerdos bancarios, pero será necesario el cumplimiento país por país a medida que Zap apunta a expandirse más allá de Nigeria. Espere licencias locales, nuevas integraciones de pago y una transparencia de auditoría más rigurosa en la pista para los próximos 12-18 meses.
La principal fortaleza de Zap es el enfoque en el producto: el equipo ha construido un flujo enfocado en móviles y no-custodial que intenta sentirse tan sin fricción como una aplicación custodial. Esa es una propuesta de alto valor en regiones donde la confianza en intermediarios es baja. El rebranding es un hito de marketing y producto; hace que la tecnología sea legible para usuarios mainstream.
Pero hay riesgos reales de ejecución. La no-custodia traslada la responsabilidad a los usuarios, lo que aumenta la necesidad de educación, soporte al cliente y UX a prueba de errores. La competencia se intensifica: exchanges más grandes con bolsillos profundos pueden subsidiar la incorporación, mientras que otros proyectos Web3 persiguen mejor UX y liquidez.
Zap Exchange está actualmente recaudando una ronda semilla de $1,5M para financiar mejoras de producto, incluyendo una tarjeta de pago cripto planificada, y para acelerar la expansión e integraciones de socios. Si la compañía convierte el pulido del producto en mayor retención y utilidad fiat más amplia, puede tallar un nicho duradero. Si no, la carrera se volverá costosa.
Un desafío más suave pero real para Zap es la fricción de incorporación creada por el KYC robusto y las responsabilidades de auto-custodia. Los clientes a menudo esperan una incorporación instantánea, tipo app-store; en cambio, Zap solicita verificaciones de identidad y atención a la seguridad de la billetera.
La compañía es consciente de este compromiso y ha estado reforzando el soporte al cliente y los flujos educativos para reducir el abandono. Qué tan bien Zap puede reducir esa fricción sin sacrificar el cumplimiento será un barómetro clave de la capacidad de la compañía para expandirse más allá de los primeros adoptantes.
El rebranding de Zap Africa es más que un cambio de logo. Es una señal pública de que una startup nigeriana quiere traducir una postura principista y técnicamente conservadora sobre la custodia en un producto que los usuarios mainstream puedan confiar y usar día a día.
Los próximos meses pondrán a prueba si una UX más limpia y rieles más fuertes pueden superar los desafíos gemelos de la educación del usuario y la presión competitiva. Por ahora, Zap parece una apuesta creíble en un camino intermedio entre la conveniencia TradFi y la soberanía Web3, y eso por sí solo la convierte en una compañía que vale la pena observar en la rápida historia cripto de África.