Más conozco a la familia real, más me doy cuenta de que sus vidas son un total infierno y que ese nivel de fama no solicitada es una forma de tortura”, le dijo hace unos días Lady Frederick Windsor (45) al diario The Times, y provocó gran revuelo en los medios y la sociedad británicos. La actriz, que pasó a formar parte de la familia real desde su boda, en 2009, con Lord Frederick Windsor, hijo del primo de Isabel II Miguel de Kent, estuvo presente en muchísimos eventos familiares y protocolares, razón por la que conoce bien lo que significa ser un Windsor. “Siento mucha pena por todos ellos. No creo que una vida con tanto escrutinio y presión sea remotamente sana, pero no les queda otra opción”, agregó.

En la entrevista, Sophie defendió a los miembros de la monarquía, especialmente a sus suegros, que han sido objeto de varias controversias. “Los miembros de la realeza trabajan incansablemente con miles de organizaciones benéficas en todo el mundo, tanto entre bastidores como de cara al público. Es innegable que aportan un enorme prestigio e influencia a cualquier causa que apoyen”. Y agregó: “The King’s Trust (la organización benéfica del rey Carlos III) es el principal impulsor de la movilidad social en Gran Bretaña. La princesa Ana participa en casi quinientos actos públicos al año. La duquesa de Edimburgo acaba de regresar de Sudán, donde se reunió con cirujanos que operan niños pequeños víctimas de violación; se trata de un trabajo traumático y muy serio. Sinceramente, creo que hasta mi abuelo comunista se convencería con mis argumentos a favor de la familia real”.
Tras casarse con Frederick Windsor (es director ejecutivo en JP Morgan Chase), Sophie Winkleman se mudó a Los Ángeles, California –el mismo lugar que eligieron para vivir el príncipe Harry y Meghan, después de renunciar a sus deberes reales–, con el objetivo de no abandonar su carrera de actriz (trabajó en Two and a Half Men y Sanditon), donde vivieron seis años, que ella recuerda como maravillosos. “Amábamos profundamente que nadie supiera de las conexiones de mi marido con la realeza”. Pero volvieron a instalarse en Reino Unido cuando nació su primera hija, Maud (12). También son padres de Isabella (9) .




