El mercado colombiano ha adoptado una postura más agresiva sobre el rumbo de la política monetaria del Banco de la República. Las curvas implícitas reflejan un escenario donde el banco central realizaría nuevos incrementos de tasas, pero Bank of America (BAC) no comparte esa visión.
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En un análisis, los estrategas Christian González, Ezequiel Aguirre y Alexander Müller advierten que el mercado está ignorando la dinámica cíclica típica de los ajustes monetarios en Colombia. Aunque reconocen que un nuevo ciclo de alzas no puede descartarse, el banco estadounidense discrepa de la idea de que las tasas permanecerán elevadas por tanto tiempo.
“El mercado se ha tornado marcadamente restrictivo en Colombia”, señala el informe, que considera que esa postura no es coherente con las condiciones actuales ni con los antecedentes del banco central. “Nos oponemos firmemente a la visión de que el Banco de la República mantendrá las tasas por encima del 10% hacia fines de 2028, luego de subir cerca de 150 puntos básicos”.
Bank of America reconoce que existen argumentos para un nuevo endurecimiento de la política monetaria, como el repunte reciente de las expectativas de inflación.
La entidad estima que desde su punto más bajo, estas expectativas han subido en más de 50 puntos básicos, lo que está en línea con los umbrales que en el pasado han motivado aumentos de tasas.
“El Banco de la República ha subido históricamente las tasas cuando las expectativas de inflación a un año aumentan cerca de 40 puntos básicos en cuatro meses”, señala el documento.
Añade que en todos los ciclos desde 2010 se ha observado un incremento previo de entre 25 y 65 puntos básicos. No obstante, el banco también subraya que el comportamiento de la inflación observada aún no justificaría una acción inmediata.
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“Nuestro análisis sugiere que el Banco de la República suele endurecer la política después de que la inflación titular aumenta, en promedio, 130 puntos básicos en cinco meses”, dicen los expertos. En el episodio actual, el aumento acumulado ha sido de 70 puntos básicos, cifra por debajo de ese umbral histórico.
A pesar de las presiones inflacionarias, el informe cuestiona la narrativa dominante en los mercados sobre la permanencia de tasas elevadas durante varios años. “Actualmente, el mercado estima que la tasa se mantendrá por encima del 10% hacia fines de 2028”, insiste Bank of America. “Esto es restrictivo bajo cualquier medida”.
La entidad considera que incluso en escenarios extremos de inflación persistentemente elevada, una tasa de interés en esos niveles seguiría excediendo con creces el nivel considerado neutral, estimado por el propio banco central en torno al 3%.
“Suponiendo que las expectativas de inflación se mantengan ancladas en el nivel actual de 4,5%, una tasa del 10% implicaría una tasa real ex ante en niveles récord, excluyendo el pico posterior a la pandemia”, advierte el informe.
A este argumento se suma una lectura más conservadora sobre la duración esperada del ciclo de tasas altas. Según la historia reciente, luego de un ciclo de subidas, el Banco de la República suele mantener la tasa de política sin cambios por un período limitado, antes de iniciar recortes.
“Históricamente, el Banco de la República permanece en pausa durante seis meses en promedio y nunca ha estado en pausa más de 12 meses después de un ciclo de subidas”, dice el documento.
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El mercado, sin embargo, proyecta una pausa de aproximadamente 21 meses luego de un eventual aumento de 150 puntos básicos, lo cual, a juicio de los analistas, resulta poco consistente con los antecedentes históricos del Emisor.
En cuanto a las condiciones que explican las presiones recientes sobre los precios, el banco identifica factores puntuales. “Creemos que la reciente presión sobre la inflación puede explicarse en gran medida por la fuerte demanda interna, impulsada por un amplio estímulo fiscal, un auge en las remesas y grandes aumentos del salario mínimo”.
A pesar de identificar un riesgo significativo de que el banco central decida subir las tasas, Bank of America mantiene como escenario base que el Banco de la República permanecerá en pausa. Esa expectativa se apoya en la visión de que los principales impulsores del crecimiento son temporales y tenderán a debilitarse.
“El buen desempeño de las remesas en la primera mitad de 2025 fue un impulso temporal derivado de la política migratoria de Estados Unidos y no un cambio estructural”, plantea el análisis. También anticipa que la Ley de Garantías limitará la expansión fiscal durante el primer semestre de 2026 y que la incertidumbre electoral podría afectar la inversión.
Bank of America concluye que su desacuerdo principal no radica en si habrá un ciclo de subidas, sino en la expectativa de que no habrá recortes posteriores.


