El Día de Santa Cecilia se conmemora cada 22 de noviembre, en recuerdo a la virgen y mártir, un símbolo de devoción por la fe dentro de la persecución al cristianismo. Se trata de la patrona de los músicos y poetas, recordada por su amor por las melodías y su capacidad de compartir la religión con otros.
Santa Cecilia nació hacia el año 180, hija de una familia noble convertida al cristianismo, lo que la impulsó a acercarse a la fe desde pequeña. En su juventud, fue obligada a casarse con Valeriano, un joven pagano. Durante su boda, cantó en alabanza a Dios mientras los músicos tocaban sus instrumentos.
Durante esa noche, Cecilia le advirtió a su esposo que un ángel del Señor la protegía: “Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí”. Valeriano le solicitó que le mostrara al ángel y ella le indicó que si creía en Dios, podría verlo. De esta manera, el matrimonio visitó al obispo de Roma, el Papa Urbano I quien bautizó al esposo.
Al poco tiempo, el ángel se le apareció a ambos y les otorgó una guirnalda de rosas y lirios como símbolo de su unión espiritual. Al contemplar esta alegría, el hermano de Valeriano, Tiburcio, se convirtió también al cristianismo.
Sin embargo, con la persecución contra los cristianos, los hermanos fueron apresados y condenados a muerte por órdenes de Turcio Almaquio. Al poco tiempo, Cecilia fue capturada y se le ordenó rendir culto público a los dioses. Tras su negativa, fue condenada a muerte. La joven fue sometida a varios intentos de asesinato sin éxito, hasta que fue degollada.
En su honor, se construyó la Basílica de Santa Cecilia en el siglo V, en Trastévere, Roma. En 1584, el Papa Gregorio XIII la nombró patrona de los músicos por haber expresado su gusto por las melodías. En el año 2014, el Papa Francisco se refirió ella y a otros mártires cristianos como figuras que “llevaban siempre con ellos el Evangelio: ellos llevaban el Evangelio; ella, Cecilia, llevaba el Evangelio. Porque precisamente nuestro primer alimento es la Palabra de Jesús, lo que nutre nuestra fe”. Actualmente, su figura es representada con instrumentos musicales como el órgano o el laúd.
Gloriosa Virgen y mártir Santa Cecilia, modelo de esposa fidelísima de Jesús, vedme aquí postrado humildemente ante vuestras plantas. Soy un pobre pecador que vengo a implorar vuestra poderosa intercesión ante Jesús, a quien tanto amasteis, suplicándote que me consigas un verdadero arrepentimiento de mis pecados, un propósito eficaz de enmienda y una heroica fortaleza para confesar y defender la fe que he profesado.
Alcánzame la gracia de vivir y morir en esta santa fe, como también las gracias especiales que necesito para vivir santamente en mi estado. Escucha y alcánzame mis súplicas, oh virgen poderosísima, para que merezca gozar un día de la eterna bienaventuranza. Así sea.
Amén

