Mirar el mundo con claridad es algo que casi siempre damos por hecho… hasta que empieza a fallar. Por eso el Día Nacional del Médico Oftalmólogo, no solo celebra a quienes cuidan nuestros ojos, sino que nos recuerda una verdad incómoda: muchas enfermedades visuales avanzan sin dolor ni aviso.
El Día Nacional del Médico Oftalmólogo es una efeméride dedicada a reconocer el trabajo de las y los especialistas que previenen, diagnostican y tratan enfermedades de los ojos, además de visibilizar la importancia de la salud visual como parte del bienestar general.
En México y en varios países de América Latina, la fecha más extendida para esta conmemoración es el 13 de diciembre, asociada a la festividad de Santa Lucía, figura histórica y religiosa identificada desde la Edad Media como protectora de la vista.
Por esa relación cultural, el gremio oftalmológico adoptó el día para rendir homenaje a la especialidad y, de paso, recordar algo esencial: la vista no es un tema menor, es salud.
La conmemoración tiene sentido no solo por la tradición, sino por el peso real del problema. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la pérdida visual sigue siendo masiva y, en buena medida, evitable con diagnóstico y tratamiento oportunos.
En su informe sobre visión, la OMS calcula que al menos 2.2 mil millones de personas viven con discapacidad visual o ceguera en el mundo, y más de mil millones de casos pudieron prevenirse o no han sido atendidos.
Un oftalmólogo es un médico especialista que estudia y trata enfermedades del ojo y del sistema visual. A diferencia de otras profesiones relacionadas con la vista, el oftalmólogo puede indicar medicamentos, realizar diagnósticos clínicos complejos y practicar cirugías, por ejemplo, de catarata, retina o glaucoma.
Su trabajo es especialmente crucial porque muchas afecciones oculares avanzan sin dar señales claras. Cuando la persona nota que ya ve menos, a veces el daño está avanzado y es difícil revertirlo. El caso más típico es el glaucoma, conocido como el “ladrón silencioso de la vista”, porque puede afectar la visión sin dolor y de forma gradual.
En México, la Sociedad Mexicana de Oftalmología ha señalado que hasta 80% de los casos de ceguera podrían evitarse con detección temprana y atención accesible, sobre todo en enfermedades como catarata, glaucoma y retinopatía diabética. Este dato se alinea con la tendencia global de la OMS sobre ceguera prevenible.
La Secretaría de Salud reconoce que la catarata es la principal causa de ceguera reversible en el país. De hecho, en 2025 lanzó la estrategia nacional “Ver por México”, destinada a realizar cirugías gratuitas en las 32 entidades para personas mayores de 60 años diagnosticadas con catarata. La meta es reducir la pérdida visual que no debería ocurrir si hay acceso a cirugía.
El glaucoma, por su parte, representa un reto distinto porque no avisa. Cifras oficiales estiman que alrededor de 4% a 4.2% de la población mexicana lo padece y cerca de la mitad no lo sabe, justo porque al inicio no suele dar síntomas.
Otro frente fuerte es la diabetes. Un estudio publicado en la Gaceta Médica de México analizó pacientes con diabetes tipo 2 en entorno hospitalario y encontró que la retinopatía diabética fue la comorbilidad ocular más frecuente.
El mismo trabajo recuerda que en México la prevalencia de retinopatía diabética en personas con diabetes se ha estimado entre 22% y 41%, y la del edema macular diabético —una complicación que afecta la zona central de la visión— entre 4.2% y 17.5%.
Los oftalmólogos en México enfrentan un panorama bastante claro de padecimientos comunes. De acuerdo con instituciones de salud, los problemas más frecuentes incluyen errores de refracción (miopía, astigmatismo, hipermetropía y presbicia), catarata, glaucoma, degeneración macular y retinopatía diabética.
Conmemorar el Día Nacional del Oftalmólogo no es solo un gesto simbólico. Es recordar que la vista se pierde en silencio y que cuidarla no debería depender de que algo ya duela o se note grave. También es una oportunidad para valorar a un gremio que, diariamente, evita discapacidades que cambian por completo la vida.
Así que este 13 de diciembre vale la pena celebrar a los especialistas… pero también hacer algo concreto: agendar una revisión, sobre todo si tienes más de 40 años, vives con diabetes, o has notado cambios sutiles en tu visión. Ver bien no es lujo: es salud, autonomía y calidad de vida.


