“Sobre si he recibido apoyo del Gobierno de Estados Unidos para que yo pudiera llegar a Oslo, la respuesta es sí”, recalcó María Corina Machado luego de llegar este jueves 11 de diciembre a Oslo, Noruega, a recibir el Premio Nobel de la Paz.
El escapde de Venezuela a Oslo de la opositora venezolana, María Corina Machado, fue una odisea que comenzó el martes pasado con la salida de su país por vía marítima hacia Curazao.
Según hipótesis de analistas, el traslado se completó con un largo viaje en avión de casi 9 mil kilómetros a la capital noruega, con escala en Estados Unidos.
The Wall Street Journal aseguró que, para escapar de Venezuela, Machado se disfrazó, logró pasar 10 puestos militares sin ser detectada y zarpó en una pequeña embarcación de madera desde un pueblo pesquero.
María Corina Machado, de 58 años, llegó en la madrugada del jueves a la capital noruega a bordo de un avión privado que, según las páginas de rastreo de vuelos FlightRadar24 y FlightAware, partió esta mañana desde Curazao, una de las islas de los Países Bajos en el mar Caribe, situada solo 65 kilómetros de la costa de Venezuela.
Según el registro de vuelo de ambas plataformas, el avión que la llevó a Oslo, donde este miércoles su hija Ana Corina Sosa Machado recibió el Premio Nobel, ya que no pudo llegar a tiempo a la ceremonia, es un Legacy 600 del fabricante brasileño Embraer.
Para recoger a Machado, la aeronave partió ayer del Aeropuerto Ejecutivo de Miami Opa Locka, en el estado de Florida (Estados Unidos) con destino al Aeropuerto Internacional Hato de Willemstad, capital de Curazao, a donde llegó anoche.
De allí, según las páginas de vuelos, el avión partió este miércoles a las 6:42 hora local para un vuelo de cuatro horas y 43 minutos hasta el Aeropuerto Internacional de Bangor, situado en el estado de Maine (Estados Unidos), donde hizo una escala técnica.
La última parte del viaje, un vuelo de seis horas y 24 minutos desde Bangor hasta el aeropuerto de Oslo Gardermoen, concluyó cerca de la medianoche en la capital noruega.
En la madrugada del jueves en Noruega, Machado se reencontró en el balcón del Grand Hotel de Oslo con sus familiares, amigos, aliados políticos de varios países y decenas de venezolanos que la esperaron durante horas a la intemperie para recibir su saludo y festejar el Premio Nobel de la Paz.


