Un sitio en Alaska, Estados Unidos, se encuentra en peligro por las condiciones que trajo el cambio climático. A partir del aumento de la temperatura y el descongelamiento del permafrost, la comunidad de Kipnuk se encuentra especialmente vulnerable ante cada fenómeno. Recientemente, los remanentes de un tifón obligaron a la población a evacuar a Anchorage, la ciudad más grande del estado.
The New York Times contó la historia de Maggie y Jamie Paul, dos residentes de Kipnuk que debieron abandonar su hogar ante los remanentes del tifón. Ambas fueron evacuadas a Anchorage.
La curiosidad es que presentan visiones distintas sobre qué depara el futuro. Maggie, de 64 años, quiere esperar por la reconstrucción del lugar, que puede tomar mucho tiempo. La mujer recuerda otros tiempos de la comunidad y tiene el deseo de volver a su vida allí.
Por su parte, Jamie, de 38, está más acostumbrada a los problemas que tuvo Kipnuk durante el último tiempo. Por las condiciones del cambio climático, la localidad se volvió mucho más vulnerable a sufrir por tormentas y otros fenómenos.
Particularmente, los últimos meses fueron muy duros para la comunidad de esta zona en Alaska. Una serie de inundaciones generó que el pueblo no tenga otra opción que rearmarse desde cero.
En esa situación, muchos residentes se debaten entre si prefieren volver a su hogar y enfrentar esas condiciones o formar una nueva vida en otro lugar más estable, pero lejos de sus tradiciones y cultura.
Según el portal comunitario Sault Tribe Guardian, la aldea está construida sobre permafrost, un tipo de capa de suelo congelado y compuesta de tierra, rocas y sedimentos unidos por el hielo. El problema es que el cambio climático genera que se descongele y afecta notoriamente la rutina de la comunidad.
El descongelamiento del permafrost da lugar al aumento del nivel del agua y la desestabilización de las orillas de río. Esto trae como resultado múltiples inundaciones y erosión y deja vulnerable a la población de Kipnuk.
En octubre, el tifón Halong, un ciclón tropical que afectó al Pacífico, azotó el oeste de Alaska con fuertes ráfagas de viento y sus remanentes causaron la evacuación de la población. Hasta el momento, las condiciones no son seguras para que los residentes vuelvan.
En enero de este año, Kipnuk obtuvo un reconocimiento de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y debía recibir US$20 millones para realizar obras contra la erosión a lo largo de un tramo de la orilla del río que alberga infraestructura crítica de la comunidad.
Sin embargo, en marzo, pocos días después de poner a disposición los fondos federales, la administración Trump decidió congelarlos. Para mayo, se confirmó que la EPA no entregaría dinero a esta causa.
La decisión causó una demanda y el proceso judicial continúa abierto. Mientras tanto, el cálculo es que la reconstrucción para que Kipnuk vuelva a ser habitable tardaría al menos 18 meses.


