La liquidez global ha dejado de crecer. Desde septiembre, el M2 mundial se ha movido lateralmente, fluctuando entre $127 billones y $128 billones.
Mientras la mayoría de las principales economías están experimentando descensos, China continúa expandiendo su oferta monetaria. La diferencia está moldeando ahora cómo los inversores ven la liquidez global y la exposición al riesgo.
Según el analista de mercado João Wédson, el M2 de China creció un 0,87% en los últimos 30 días, manteniendo estables los niveles globales. Durante el mismo período, Japón, la UE y varias economías occidentales experimentaron descensos, lo que sugiere un endurecimiento coordinado en los principales centros financieros.
El M2 es una medida clave de liquidez, que rastrea el efectivo, los depósitos y los fondos a corto plazo disponibles para gastos o inversión. Cuando el M2 se contrae, la liquidez se reduce, disminuyendo el capital disponible en los mercados. Cuando aumenta, generalmente respalda el gasto y los precios de los activos, incluidas las criptomonedas.
Durante el último mes, el M2 cayó en varias grandes economías. Japón registró la mayor caída con un -3,29%, seguido por la Unión Europea con un -1,7%. La oferta del Reino Unido cayó un -1,49%, mientras que Taiwán y Australia reportaron disminuciones menores de –1,02% y -1,23%, respectivamente.
En contraste, Estados Unidos se mantuvo estable, sin mostrar cambios medibles. Hong Kong logró un pequeño aumento del 0,06%, aunque no fue suficiente para elevar el total global. En conjunto, estos cambios dejaron el M2 global prácticamente sin cambios, anclado alrededor de los $128 billones.
Los analistas dicen que los movimientos desiguales revelan una división entre el endurecimiento monetario occidental y la continua flexibilización de China. La divergencia podría influir en la liquidez transfronteriza y potencialmente repercutir en mercados de activos de riesgo como las criptomonedas, donde las tendencias de liquidez a menudo impulsan los flujos de capital.
La expansión constante de China refleja el intento de su banco central de apoyar el crédito interno y estabilizar el crecimiento. Mientras otros reducen para combatir la inflación, Pekín parece decidido a mantener el flujo de liquidez. Sus continuos esfuerzos de estímulo están evitando una contracción global más profunda.
Wédson comparó la situación con "una flota que se inunda mientras un barco mantiene la bomba funcionando". La metáfora encaja: el crecimiento del M2 de China ha compensado efectivamente el endurecimiento en otros lugares, manteniendo estable el número global.
Para los inversores, esto significa que las decisiones de liquidez de China ahora juegan un papel más importante en la configuración de las condiciones monetarias globales. Si el Banco Popular de China mantiene su postura, podría seguir amortiguando la desaceleración global hasta bien entrado el próximo trimestre.
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