Un ciberataque reciente dirigido a la filial cripto del Grupo SBI de Japón ha llamado la atención sobre las vulnerabilidades dentro de la infraestructura cripto institucional del país. En una brecha que drenó 21 millones de dólares en Bitcoin y Ethereum, los investigadores rastrearon los activos robados hasta un grupo de hackers vinculado a Corea del Norte. Este ataque plantea serias preocupaciones sobre la seguridad de los activos digitales en instituciones financieras tradicionales y la efectividad de los protocolos de seguridad actuales.
El hackeo ocurrió a finales de septiembre de 2025, con la investigación forense de blockchain revelando que aproximadamente 21 millones de dólares en criptomoneda fueron robados de las billeteras de SBI Crypto. Los analistas identificaron rápidamente la participación del Grupo Lazarus, un grupo cibercriminal norcoreano.
Este grupo ha sido responsable de numerosos ataques a instituciones financieras, con los fondos robados fluyendo a través de múltiples exchanges antes de ser depositados en Tornado Cash, un servicio de mezcla a menudo utilizado para ocultar los orígenes de activos obtenidos ilícitamente.
Los investigadores on-chain notaron que la técnica utilizada en este ataque reflejaba operaciones anteriores vinculadas a Corea del Norte. Los fondos robados fueron convertidos en diferentes activos y enrutados a través de plataformas de intercambio instantáneo, que no requieren registro de usuario, facilitando ocultar el origen de los fondos. Este ataque no es un incidente aislado, sino parte de un patrón más amplio de ciberataques patrocinados por estados dirigidos a instituciones financieras en toda Asia.
Aunque Japón ha establecido regulaciones estrictas para los exchanges de criptomonedas, este ataque destaca las vulnerabilidades continuas dentro de los sistemas institucionales. La brecha plantea preocupaciones sobre la seguridad de las hot wallets y las prácticas internas de gestión de riesgos, especialmente dentro de las instituciones financieras que han integrado divisiones de activos digitales.
La fuerte inversión del Grupo SBI en tecnología blockchain a través de sus unidades SBI VC Trade y SBI Crypto ahora enfrenta escrutinio sobre la efectividad de sus medidas de seguridad.
A pesar de la reputación de Japón por su fuerte supervisión en el espacio cripto, incidentes como este exponen los desafíos de asegurar activos digitales dentro de instituciones financieras centralizadas. La brecha puede provocar una reevaluación de los marcos de seguridad existentes, particularmente con respecto a cómo los custodios de criptomonedas gestionan y protegen los fondos institucionales. Si tales brechas pueden ocurrir dentro de bancos regulados, desafía la suposición de que la infraestructura financiera tradicional es inherentemente más segura que las finanzas descentralizadas (DeFi).
El hackeo también arroja luz sobre la creciente amenaza que representan los ciberataques patrocinados por estados dirigidos a instituciones financieras para obtener beneficios políticos y económicos. El gobierno norcoreano ha estado vinculado durante mucho tiempo a ciberataques destinados a evadir sanciones y financiar programas de armas. Según Chainalysis, los hackers norcoreanos han robado más de 2 mil millones de dólares en activos cripto solo en 2025, marcando un año récord para los robos facilitados por medios cibernéticos.
Este contexto geopolítico hace que el ataque a SBI Crypto sea una señal preocupante para otras instituciones financieras involucradas en el mercado de criptomonedas. El uso de herramientas descentralizadas como Tornado Cash por parte de hackers norcoreanos complica aún más los esfuerzos para rastrear y recuperar fondos robados.
A pesar de las acciones regulatorias tomadas contra Tornado Cash, incluida su sanción en 2022 por parte del Departamento del Tesoro de EE. UU., su uso continuo para el lavado de fondos subraya los desafíos que enfrentan los reguladores para contener actividades ilícitas.
En respuesta al ataque, la Agencia de Servicios Financieros de Japón (FSA) podría aumentar el escrutinio regulatorio sobre las divisiones cripto de las instituciones financieras. Esto podría conducir a estándares de informes más estrictos y la adopción obligatoria de herramientas de monitoreo que cumplan con las regulaciones globales contra el lavado de dinero (AML) y contra la financiación del terrorismo (CTF).
Tales medidas podrían requerir que los bancos e instituciones financieras adopten protocolos de seguridad más completos, incluido un seguimiento mejorado de las transacciones para prevenir incidentes similares en el futuro.
A medida que la industria de activos digitales madura, los organismos reguladores de todo el mundo pueden presionar por una integración más estrecha de los servicios cripto dentro de los sistemas financieros tradicionales. Esto podría conducir al establecimiento de marcos de contingencia más robustos para las instituciones que manejan activos cripto. En Japón, donde el sector financiero está altamente regulado, la brecha de SBI Crypto puede provocar una reevaluación de cómo se gestionan los activos digitales dentro de los bancos y otras entidades reguladas.
La publicación El Hackeo de SBI Crypto Expone Importantes Brechas de Seguridad en el Sector Institucional de Japón apareció primero en CoinCentral.