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El estándar dorado detrás de Bitcoin no es la tecnología. Es la comunidad que se unió, desarrolló la tecnología, llegó a un acuerdo y lo ejecutó.
Esta distinción importa ahora más que nunca. Mientras enfrentamos el desafío de la computación cuántica, necesitamos recordar qué es lo que realmente hace valioso a Bitcoin. Los algoritmos criptográficos pueden cambiarse. El código puede actualizarse. Lo que no puede replicarse es una comunidad global capaz de coordinar decisiones técnicas complejas sin una autoridad central.
En un momento en que el gobierno más fuerte del mundo se cierra porque no puede mantener una conversación civil, tenemos una oportunidad. Permitamos que la comunidad Bitcoin muestre al mundo cómo es la verdadera gobernanza. Creamos una alternativa a un sistema fiat fallido. Ahora podemos demostrar que la toma de decisiones descentralizada no es solo un sueño idealista sino una realidad práctica.
La amenaza cuántica es real. Pero también es una oportunidad para demostrar que la verdadera innovación de Bitcoin no es la tecnología blockchain. Somos nosotros.
Actualmente se está llevando a cabo una conversación que muchos en la comunidad Bitcoin preferirían evitar. Es técnicamente incierta y profundamente inconveniente. Desafía suposiciones que hemos mantenido durante años. Y lo más peligroso, tiene el potencial...


