Fitch Ratings advirtió que la capacidad de Ecuador para cerrar su brecha de financiamiento sigue siendo incierta, aun cuando el programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) continúa funcionando como un ancla para la política económica.
La calificadora señaló que el reciente referéndum volvió a exponer las dificultades de gobernabilidad y redujo el margen político del presidente Daniel Noboa, factores que inciden directamente en las perspectivas fiscales del país.
Según Fitch, la derrota de las iniciativas oficiales debilitó la capacidad del Ejecutivo para construir mayorías legislativas y avanzar en reformas clave para mejorar el perfil crediticio, entre ellas ajustes tributarios, medidas adicionales de consolidación fiscal y acciones destinadas a atraer inversiones.
Aunque el acuerdo con el FMI ofrece un marco de disciplina, la agencia remarca que no elimina los riesgos asociados a la ejecución de políticas ni garantiza que Ecuador pueda cubrir sus necesidades de financiamiento en los próximos años.
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El escenario financiero sigue siendo ajustado. Pese al apoyo multilateral del programa ampliado del FMI, los desafíos de mediano plazo permanecen elevados.
El plan contempla emisiones externas por unos US$4.500 millones entre 2026 y 2028, un volumen que podría ser difícil de obtener si no hay mejoras claras en el ámbito político o fiscal. A partir de 2026, las amortizaciones de bonos externos rondarán los US$800 millones anuales, lo que refuerza la necesidad de que Ecuador recupere acceso a los mercados internacionales.
Fitch también subrayó que la continuidad de las reformas tributarias y de ingresos será decisiva para eventuales mejoras en la calificación soberana.
Por ahora, la nota del país se mantiene en ‘CCC+’, nivel que refleja alto riesgo y restricciones de financiamiento en un entorno político incierto. La agencia considera que Ecuador deberá mostrar avances concretos en la generación de ingresos no petroleros y en la reducción sostenida del déficit para aspirar a un cambio en la perspectiva.
Por otro lado, la reciente revisión del FMI permitió un desembolso adicional de cerca de US$600 millones, tras verificarse el cumplimiento de los criterios cuantitativos del programa y avances en medidas fiscales y de gobernanza.
Para Fitch, este desempeño confirma la relevancia del acuerdo como guía de políticas, aunque advierte que su cumplimiento no basta para mitigar plenamente los riesgos derivados del entorno político.
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En paralelo, la economía muestra indicadores positivos, con un crecimiento de 4,3% interanual en el segundo trimestre de 2025 y exportaciones no petroleras en máximos históricos.
Sin embargo, Fitch sostiene que los riesgos para la actividad siguen ligados a la situación de seguridad y a la evolución política, dos factores que pueden afectar la inversión y la capacidad del Gobierno para sostener una trayectoria fiscal más sólida.


