Ante los rumores y el revuelo que despertó la aparición del 3I/ATLAS, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado. Allí publicó las fotos más cercanas del cometa y rechazó la afirmación de que pudiera ser una nave alienígena. Además, reveló que podría haberse originado en un sistema estelar más antiguo que el nuestro.
El cometa interestelar es el tercero detectado que se formó fuera del sistema solar. Debe su nombre al telescopio de sondeo Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés) que lo descubrió en Río Hurtado, Chile, el 1° de julio.
En el comunicado de prensa publicado el miércoles, la agencia estadounidense dio a conocer imágenes en primer plano mientras lleva a cabo una campaña de observación sin precedentes en todo el sistema solar.
Desde que fue descubierto, 12 recursos de la NASA han captado y procesado imágenes del objeto. Las más cercanas fueron tomadas recientemente por naves espaciales en Marte. El 3 de octubre, 3I/ATLAS pasó por el planeta rojo a una distancia de 30,6 millones de kilómetros (19 millones de millas), y desde allí fue observado por tres naves espaciales.
Según explicó la agencia en el comunicado, el Orbitador de Reconocimiento de Marte (MRO, por sus siglas en inglés) capturó una de las imágenes a menor distancia del cometa.
Además, las misiones heliofísicas de la agencia, que tienen la capacidad única de observar zonas del cielo cercanas al Sol, rastrearon al cuerpo interestelar cuando pasaba por detrás de la estrella. Es la primera vez que estas misiones observan deliberadamente un objeto originado en otro sistema solar.
El 3I/ATLAS, según las especificaciones de los expertos, tendría un diámetro de entre 440 metros y 5,6 kilómetros. Se lo definió como un cometa interestelar debido a la forma hiperbólica de su trayectoria orbital, que no sigue un recorrido cerrado alrededor del Sol. Cuando se rastrea la órbita hasta el pasado, se observa claramente que el objeto viene desde afuera de nuestra región planetaria, según la agencia gubernamental.
En el mismo comunicado, el científico de la NASA, Tom Statler, habló con periodistas de The Associated Press. En declaraciones citadas por CBS News, señaló que podría tener su origen en un sistema estelar más antiguo que el nuestro. “Solo de pensarlo se me pone la piel de gallina”, expresó.
Los funcionarios desmintieron los rumores de que el “visitante amistoso del sistema solar” pudiera ser en realidad una nave espacial alienígena. Luego, enfatizaron la importancia de los estudios sobre su origen en un sistema solar antiguo.
“Eso significa que 3I/ATLAS no es solo una ventana a otro sistema solar, es una ventana al pasado remoto, tan remoto que es anterior incluso a la formación de nuestra Tierra y nuestro Sol“, reflexionó Statler.
En su sitio web oficial, los científicos detallan que tiene un núcleo helado y una coma (una nube brillante de gas y polvo que rodea a un cometa cuando se acerca al Sol). Por este motivo lo clasifican como un cometa y no como asteroide.
Las naves espaciales Psyche y Lucy actualmente están en viaje con destino al espacio exterior. En su recorrido, pudieron observar a 3I/ATLAS. El 8 y 9 de septiembre, Psyche adquirió cuatro observaciones del cometa en ocho horas, desde una distancia de 53 millones de kilómetros. Esto, de acuerdo con los expertos, permitió afinar la trayectoria del objeto.
Cuando fue descubierto dentro de la órbita de Júpiter, viajaba a unos 221 mil kilómetros por hora (137.000 millas por hora). Desde entonces continuó con su trayectoria prevista. Atraído por la gravedad del Sol, su velocidad aumentó como se esperaba, lo que lo llevó a alcanzar los 246 mil kilómetros por hora (153.000 millas por hora) en el perihelio, su aproximación más cercana al Sol.
Ahora, su velocidad comenzó a disminuir a medida que se aleja. Cuando el objeto abandone el sistema solar, viajará a la misma velocidad a la que entró.
El viernes 19 de diciembre 3I/ATLAS hará su tránsito más cercano de la Tierra, a 274 millones de kilómetros (170 millones de millas). Las naves espaciales de la NASA seguirán observando al cometa mientras viaja por el sistema solar. Según sus estimaciones, pasará por la órbita de Júpiter en la primavera boreal de 2026.

