Existen jugadores que con tan solo mencionar su apodo o sobrenombre son reconocidos. El bautismo de “Cuchu” a Esteban Cambiasso lo acompañó durante toda su carrera repleta de éxitos deportivos y pasos por equipos de muchísima trascendencia como River, Real Madrid, Inter de Milán y la selección argentina.
Esteban Cambiasso nació el 18 de agosto de 1980 en el partido bonaerense de San Fernando. Hijo de Ida Deleau y Carlos Cambiasso, el exjugador de la selección argentina comenzó a vincularse con el deporte por intermedio del básquet. Sus primeros pasos fueron en Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque (GEVP) donde aprendió los primeros conceptos junto a su hermano mayor Federico.
Desde los cuatro a los once años, Esteban, junto a sus hermanos Nicolás y Federico, le dedicaron horas y horas al básquet. En el caso del Cuchu, su mamá, apodada Tita, lo estimulaba a entrenarse y mejorar: en el garaje de su casa utilizaba banquetas para simular que eran jugadores y así él podía esquivarlos. Sin embargo, tras siete años de enseñanzas y perfeccionamiento, el por entonces adolescente decidió volcarse íntegramente al fútbol.
La hoja de ruta de Cambiasso en el fútbol marca que realizó divisiones inferiores en Argentinos Juniors, pasó al Real Madrid “B”, retornó al país para debutar en Primera con la camiseta de Independiente, siguió su periplo en River y ahí retornó al Viejo Continente hasta su retiro profesional. Real Madrid, Inter de Milán, Leicester City y Olympiakos le dieron forma a una carrera superlativa donde cosechó 25 títulos -15 en Italia-. En paralelo, la selección argentina fue clave en sus inicios al formar parte del plantel que ganó el Mundial Sub 20 en Malasia, en el año 1997.
Considerado un mediocampista todo terreno, Cambiasso descolló al tener un criterio simple para jugar al fútbol. La recuperación de pelota y el pase a un compañero fueron sus banderas. Además de una disciplina táctica que lo ubicó como uno de los volantes más importantes del fútbol mundial, el Cuchu le agarró el gusto a llegar al área rival y así marcó algunos goles memorables como aquel con la selección argentina contra Serbia y Montenegro, en lo que fue una goleada histórica por 6-0 en el Mundial de Alemania 2006.
Con un palmarés repleto de títulos, entre ellos una Copa Intercontinental y una Champions League, Cambiasso siempre se mantuvo ajeno al trato con los medios de comunicación. Abocado a lo deportivo, el mediocampista culminó su carrera en 2017 con la camiseta del Olympiakos de Grecia, donde ganó sus últimos dos títulos como profesional para dar vuelta la página.
En sus últimos años de carrera, Esteban Cambiasso realizó el curso de entrenador brindado por la UEFA en el barrio de Coverciano, en Florencia, Italia. Tras recibirse, tuvo su primera experiencia como ayudante de campo en la selección de Colombia que disputó el Mundial 2018 bajo la tutela de José Pekerman.
Su función fue específicamente orientar a los mediocampistas del equipo a seguir la línea táctica y estratégica para cumplir diferentes labores dentro del campo de juego.
Una vez que Pekerman dejó el puesto como DT, su periplo, fuera de las canchas, siguió como comentarista deportivo para la cadena Sky, en Italia, donde se encargó de analizar a los equipos que disputaban la Champions League, un certamen que él consiguió con el Inter de Milán en 2010.
Al contrario de su personalidad reservada, Cambiasso tiene su cuenta de Instagram activa, con 400 mil seguidores, donde muestra parte de su día a día que está marcado por el pádel, un deporte elegido por muchos exjugadores que, de momento, quieren apartarse de la vorágine del fútbol.
En Milán, Miami, Dubái, Madrid y otros puntos turísticos del mundo, Cambiasso, con paleta en mano, disputa una serie de encuentros -en algunas oportunidades, torneos- para perfeccionar su técnica y mantener el espíritu competitivo que muchas veces lo llevaron a ganar títulos y reconocimientos mundiales.
Una de las últimas postales referidas a este deporte fue con Guillermo “Willy” Cañas en los Estados Unidos en un partido de pádel que quedó registrado en las redes sociales y que demostró la camaradería entre los deportistas argentinos dispersos por el mundo.


